domingo, 24 de mayo de 2009

Pintura Románica

Pintura mural

Las muestras conservadas en España se han atribuido tradicionalmente a dos corrientes:

- La corriente bizantina, que penetraría en España por Cataluña proveniente de Italia o Inglaterra.
- La corriente mozárabe, que se desarrollará en todos los territorios españoles cristianos, principalmente Castilla y León.


Hoy en día, al observar los restos arquitectónicos románicos, observamos muros desnudos y del propio color de la piedra, por lo que nos podemos llevar una impresión errónea (algo parecido pasa con el Partenón y otros edificios de la antigüedad). Esto, en época románica, no era así, las iglesias y catedrales estaban pintadas, la escultura estaba pintada, y no solo la escultura, la mayor parte de los muros también estaban decorados pictóricamente. Afortunadamente, algunas de estas pinturas, especialmente las de los ábsides que solían ser las más cuidadas, están saliendo a la luz poco a poco tras retirar los retablos colocados en siglos posteriores y eliminar las capas de revocos y encalados superpuestos y añadidos en épocas de epidemias.

La pintura mural era la que cubría la superficie de los muros de los templos. Esta pintura se preparaba a base de pigmentos diluidos en agua con cal. Al secarse, esta pintura adquiría una gran dureza y resistencia. Los colores empleados son intensos y brillante (rojo, amarillo, naranja y azul), y se disponen en franjas continuas de colores muy contrastados entre sí. El color negro servía para perfilar las figuras.

Las figuras son bastante planas, alargadas y sin perspectiva, destacando, así, un gran hieratismo simbólico. Los personajes adoptarán distintas posiciones y tamaños en función de su importancia. Las manos y los ojos son bastante desproporcionados, pues constituyen las partes anatómicas las partes anatómicas más expresivas de la espiritualidad. Como en toda la Edad Media, el arte estaba al servicio de la iglesia. Por lo que los temas representados son bíblicos o de la vida de los santos, entre los que destaca Cristo sentado, llamado Cristo en Majestad. El mejor ejemplo de Cristo en Majestad lo encontramos en San Clemente de Tahull.


Pintura sobre tabla

La pintura sobre tabla se desarrolló especialmente en Cataluña. Decoraba principalmente frontales de altares y pequeños retablos. A diferencia de la pintura mural al fresco, se utilizaba la técnica del temple. Con respecto a los demás, todo lo referente a la pintura mural es válido para la pintura al temple en tabla.

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